Capítulo VI
Julián
decide volver al campamento del poblado nómada para recoger sus cosas y Alfred
quiere acompañarle para examinar el extraño meteorito satélite.
Cuando
llegan, ven la zona acordonada por las autoridades, .l Los cadáveres están
siendo recogidos todavía y un jeep carga los heridos para dirigirse lo más
deprisa posible hacia el hospital más cercano.
Se
oyen mujeres y niños llorando, Julián y Alfred aprovechan el caos para saltarse
el perímetro y ascienden hasta la duna en la que esta el meteorito. Alfred saca
un kit de análisis de rocas, golpea con un pequeño partillo la roca, con
cuidado de no dañar el satélite o lo que fuera esa máquina. Introduce los
fragmentos en un escáner de alta tecnología y espera unos minutos. Momentos
después se imprime por un lateral del aparato un gráfico ilegible para Julián.
--
Si esto no se equivoca, se trata de una roca real, proveniente del espacio—dijo
Alfred. No me preguntes por que razón lleva incrustado este artefacto, pero es como
si hubiera crecido en torno a él como una hiedra.
--
Es extraño.
La
conversación fue interrumpida en ese momento por un hombre vestido de uniforme
que se acercaba a ellos corriendo y gritando. Hablaba un idioma desconocido
para ellos pero estaba claro que quería que se marcharan de ahí.
MIENTRAS
TANTO EN EL CENTRO DEL ALTO MANDO ISRAELÍ…
--
Oye y ¿estáis seguros de que es nuestro satélite? – dijo Haussen. No me explico
cómo puede saber un enemigo, cuya identidad afirmáis que son los iraníes, del
satélite. Por favor, Yakoov comprueba las imágenes del satélite.
--
No entiendo este racionamiento tuyo—dice Yakoov mientras teclea ciertos códigos
en el ordenador.
Su
cara fue de gran asombro.
--
Parece que nuestro satélite simplemente se ha desviado un poco de su
trayectoria y está un poco dañado, ya que las imágenes aparecen bastante más
borrosas de lo normal. Supongo que el extraño objeto que ha caído habrá rozado
el satélite y hemos confundido su trayectoria.
--
Bien, me lo imaginaba. Por favor, muéstrame las imágenes del ataque del
helicóptero.
Yakoov
obedeció y con un nuevo y rápido movimiento de dedos hizo que aparecieran en la
pantalla, el fondo verde que caracterizaba las imágenes térmicas y un puñado de
puntos blancos y rojos. De repente, se ve una sombra que pasa por encima
disparando señales rojas.
--
Gracias, pero ahora auméntame la imagen del helicóptero y síguela.
Yakoov
volvió a seguir las indicaciones de su compañero. Precipitadamente, Haussen
pulsó un botón y la pantalla queda congelada. Sobre un ala del avión se
distinguía claramente una bandera.
--
No se qué será ese trasto. Pero te aseguro que es algo importante, de otro
modo, no estarían metidos los Estados Unidos.
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