Cuando despertaron, Marta se encontraba atada a un
poste de madera, estaba desgarrado y muy astillado. Debido al desgarre del poste, Marta tenía las manos repletas de astillas.
Cinco segundos después, Marta
se quedó mirando el entorno en el que estaba. Era una especie de
campamento que estaba vallado con altos troncos de
madera acabados en una afilada punta. En el centro del campamento, había clavado un alto mástil que izaba una bandera
peculiar.
Marta estaba asustada
porque no veía a su madre por ningún sitio. Eso era lo que más le preocupaba en
estos momentos.
Girando la cabeza de
izquierda a derecha vio a un hombre que se dirigía hacia ella. Parecía un
hombre agradable y bueno, era alto y también muy delgado. Sin
apenas preguntarle nada, se agachó hasta su posición, e hizo que
la golpeaba en la cabeza mientras le decía:
- Sé dónde está tu madre. Os ayudaré a escapar.
Sin decir
nada más, se levantó y se marchó. Marta le siguió con la vista y parecía que cojeaba
de un pie .¿Porque cojearía? se preguntó ella. Después, bajó la vista y se
encontró un papel donde ponía una fecha y un pequeño párrafo de
instrucciones.
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