Erase una vez una pequeña y trabajadora hormiga, una
hormiga que junto con muchas otras, veía como cada día había menos comida en el
hormiguero y la vida era más difícil. La mayor parte de la culpa la tenía un
malvado saltamontes que les quitaba a las pobres hormigas su comida y hacía que
trabajaran más.
Las hormigas viendo el poco espíritu de resistencia de
su reina decidieron echar a esta y poner a otra que les prometió a las hormigas
que no haría lo mismo, al poco tiempo de establecerse en el poder cambió
radicalmente su posición inicial, porque se lo pedía la realidad del horrible
saltamontes, todas las hormigas de la comunidad se sorprendieron de que la
presencia de ese saltamontes hubiera pasado inadvertida a la reina, cuando
todas las demás lo conocían.
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