El soldado y Marta siguieron su camino en la lancha motora ya reparada , hacia el
barco donde se encontraba su madre. Según se iban acercando, Marta pudo
vislumbrar la silueta de una gran embarcación con un aire un tanto fantasmagórico. En la
cubierta había situados varios cañones apuntando al horizonte, y en el mástil ,
hondeaba una bandera con la figura de una cabeza de murciélago.
Ese barco pertenecía a Abbas, el propietario de la isla de
Vampilandia. Al subir al barco por una pequeña escala que había colocada en uno
de los laterales , a Marta se le erizó el pelo sin que supiera la razón. Una
vez arriba en cubierta, Marta y el soldado pudieron ver que se encontraban
solos y que al fondo había una gran puerta que accedía al interior. Marta posó
su mano en el picaporte y lo giró suavemente para abrir, cuando alguien por
detrás la agarró por el brazo y ésta dio un gran grito que retumbó en la inmensidad de la noche. Al girarse para
ver quién estaba detrás se sorprendió al ver ….
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