Yakoov no sabe nada de lo que está ocurriendo, y ante
semejante situación, sufre un bloqueo mental en el que se da cuenta que el
helicóptero que está terminando con sus hombres es muy potente y ante él no se
puede hacer nada.
Su cabeza no paraba de pensar en lo que veía, aquellos
círculos verdes pasaban a ser rojos en
cuanto alguien de sus hombres moría, con el acompañamiento de dos pitidos para
confirmar su desaparición de la pantalla y del mundo.Yakoov pasó a un estado muchísimo más agitado y de desesperación.
Lo único que Yakoov quería, era saber lo que estaba ocurriendo en esos instantes y quién demonios serian aquellos que derrocaban continuamente a sus hombres con disparos desde un potente helicóptero.
A Yakoov se le acababan las ideas . Cada vez el mundo se le venía más encima.
Yakoov se dijo a él mismo:
– Tengo que acabar con esto inmediatamente, el problema es cómo
Yakoov pensó durante largas horas hasta que le se le vino la idea de contactar con su gran amigo Haussen, con el que compartió vivienda durante los años aneriores.
Haussen era especulador y se le daba muy bien examinar, registrar y sacar partida a cosas tan difíciles.
Yakoov no dudó ni un instante, cogió la agenda y marcó el número:
– Buenas ¿Quién es usted? - Dijo Hussen al otro lado del teléfono...
– !Haussen! Menos mal amigo, soy Yakoov. Mira, necesito quedar contigo ahora mismo.
Yakoov le contó todo lo que estaba ocurriendo con la desaparición de sus hombres por medio de un helicóptero del que Yakoov dudaba que podía ser un helicóptero procedente de Irán para llevarse el meteorito.
Tras escuchar a Yakoov, Hauseen decidió hablar más detenidamente con Yakoov por lo que quedaron en la sala de vigilancia, en la que se podía ver el caso de la desaparición de los israelies.
Tras varias horas delante de la pantalla, viendo la desaparición de los hombres de Yakoov, Haussen tiene varias ideas en mente que va a ir descartando poco a poco para llegar a una conclusión final.
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